El Karma de Vivir al Sur

¿Quién dijo que todo está perdido? ¡Yo vengo a ofrecer mi corazón!

My Photo
Name:
Location: entre Coquimbo y Valparaíso, Chile

Friday, October 21, 2005

TE HUUR

SE ARRIENDA

Nunca he leído los libros de Fuget. Leía sus crónicas mercuriales, cuando Alekán nos informaba sobre su azarosa existencia, y sus comentarios de cine. Cuando publicó su primera novela, supuse que sería buena; pero vino el fenómeno de la moda y no quise sumarme a las legiones que comentaban su libro. Igual, mala onda; estaba yo más joven y más duro de cabeza o corazón.
Ahora, acabo de salir del Cinemark de La Serena donde vi Se Arrienda, y aquí estoy escribiendo, primer milagro de la película, y fumando y tomándome un té en vaso plástico en el Terminal de Buses.
Imagino que ya ha sido dicho y escrito, pero igual: siempre he pensado que el arte lo es porque habla de uno, de nosotros, de todos. Así es como de pronto te ríes a carcajadas, o se te recoge el corazón, o lloras y desapareces tú o el estrecho mundo de tus preocupaciones al ser tocado por un verso, por tal poema, por esa novela, por aquella secuencia inolvidable: te reconoces, te recuerdas. Recuerdas quien eres en realidad.
No se de cine, ni siquiera soy un gran cinépata pero, claro, puedo ver algunos detalles: Se Arrienda no es una película perfecta. Pero ¿no es eso acaso un valor? (por lo demás, ¿no requiere esa conciencia precisamente valor para hacer una obra?) Pienso, por ejemplo, en lo ingenuo que me parece plantear ese cambio de perspectiva que tiene el protagonista tras aquella conversación con un cliente. Sin embargo, admito que me han pasado cosas así, y peores: Recuerdo una vez haber sido tocado por la Gracia leyendo en una vitrina… ¡un póster de Village! En fin, como dice Fuget que decía Clint Eastwood, el cine (¿una obra? ¿una vida?) no tiene que ser perfecto: basta que tenga corazón. Y Se Arrienda lo tiene, por cierto.

YO ESTUVE AHÍ

Como tantos, yo estuve ahí ese día. Felipe Cortés ondeaba una tremenda bandera de Chile, y por primera vez después de mi infancia volvía a ser bella y mía esa bandera, ahora recortada contra el cielo de Mendoza.
Estuvimos ahí esa tarde magnífica, con mi querido Andrés Sciolla y la Pauli, su hermana. Escuchamos a Bruce, a Sting, a los Inti, y a Peter Gabriel cantándonos a los chilenos la hermosa Don’t Give Up, con Tracy Chapman en la segunda voz y un haz de luz que alcanzaba la luna.

CAMINO RECORRIDO

Y ahora estoy acá, estamos acá, 18 años, mil sueños y varios aterrizajes forzosos después. Ha sido un largo camino y en él han quedado alguno de nuestros compañeros muertos o heridos.
Me ha parecido que esta película habla, también, de este camino recorrido. Con ironía y con quejas, pero sobre todo con cariño.
El propio Alberto Fuget, me parece, escribió en un artículo a propósito de Casi Famosos, que había películas –como esa misma – que lo dejaban a uno con ganas de ser bueno, de ser mejor persona. Quiero contarte, Alberto, que he salido así de tu película. En la última escena se abre una reja y yo estoy aquí escribiendo mis impresiones con el firme propósito de compartirlas.
Gracias por tu película.

* * *

Bueno, eso es todo -es una manera de decir. Debe estar de más declararlo, pero voy a leer todos los libros de Fuget. Y en estricto orden cronológico, además: que algo haya crecido en estos años no quiere decir que no me quede un poquito de neurosis...
Ah! Te Huur: Quiere decir Se Arrienda en flamenco. Les decía que la película me hizo reconocer este largo camino recorrido; Mariabelén y Andrés, mis hijos menores, están hace cuatro años en Amberes, donde viven con su madre. Ellos son, junto a Marito (mi hijo mayor) mi mayor alegría y esta distancia que nos separa muestra mi más grande fracaso: un resumen de la película de mi vida.
Vale.